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Existen ciertas actividades recreativas que pueden ayudar muy positivamente a los niños con autismo, como es el caso de la música. Por ello, es importante prestarle atención a una serie de factores esenciales en este entorno y de técnicas que te ayudarán a ser un profesional altamente cualificado y a realizar un trabajo eficiente como terapeuta. ¡Descubre la Musicoterapia Autismo!
Si algo está presente en nuestra sociedad desde el comienzo de nuestra propia historia, es la música. Quizá no de la manera en la que esta imagen representa.... pero, que es un elemento universal para todos es innegable. Además, se ha demostrado cómo puede impactar en las emociones de las personas, teniendo efectos en nuestras funciones cognitivas y promoviendo la cohesión social.
Así, la música ayuda a curar diversas enfermedades de los seres humanos, estimula la resistencia al dolor e interviene en el tratamiento de diversos trastornos. Como explica este Curso de Musicoterapia para niños con Síndrome de Down. Por ello, esta disciplina cada día gana más adeptos. ¿Te gustaría saber más sobre la Musicoterapia Autismo? ¡Conviértete en todo un experto en la materia y consigue dedicar tu profesión a ello! ¡Vamos allá!
Hablamos del uso de la música como terapia para restaurar o mejorar la salud de la persona satisfaciendo sus necesidades. Y es que, a través de esta técnica ayudamos al paciente a lograr cambios de conducta y así lograr un mejor entendimiento de sí mismo y del mundo que le rodea. Eso sí, atendiendo siempre a la evaluación del bienestar emocional y físico, el funcionamiento social, la destreza en comunicación y las habilidades cognitivas mediante las respuestas musicales.
Obedeciendo a las necesidades del paciente se establecerá un procedimiento, adaptado a sus condiciones, utilizando la música y sus componentes. Además, también se encargará de la evaluación continua de la persona y un seguimiento para comprobar los resultados.
¿Cuándo y cómo empezó? Pues, entre 1900 y 1950, Emile Jacques Dalcroze impulsó la Musicoterapia como tal siguiendo su teoría de la relación de las actividades musicales con respuestas fisiológicas, psicológicas y socioculturales. Aunque, ya había sido estudiado por religiosos, filósofos y científicos anteriormente a lo largo de los años.
Actualmente, se ha demostrado que la música puede beneficiar en muchos aspectos, ya que tiene la capacidad de activar todas las áreas cerebrales simultáneamente.
Los niños con autismo tienen patrones de repetición erráticos, sobre todo cuando se sienten alterados. Asimismo, la comunicación suele ser poco suelta, es decir, el pequeño solo expresa lo justo y necesario al resto de personas.
Pues, a través de la Musicoterapia se trata de mejorar precisamente esas conductas y de relajar al pequeño en diferentes espacios. Eso sí, hay que tener en cuenta siempre que esta es un tipo de terapia alternativa, no una solución definitiva al trastorno. Por tanto, y evidentemente, habrá momentos en donde sea más efectiva que otros.
Por otro lado, la sensibilidad musical en los niños con autismo se encuentra mucho más desarrollada que en adultos, adolescentes y otros niños. Razón por la cual, el terapeuta busca cautivar al niño con algún elemento musical. Estos elementos pueden ser instrumentos o hasta un juego creativo relacionado con la percepción musical.
En la actualidad, existen estudios clínicos y psicológicos sobre cómo la aplicación de la Musicoterapia resulta beneficiosa en los niños con este espectro. Gracias a los cuales, se ha logrado demostrar una integración positiva del niño con su entorno mediante el uso de la música y que si es acompañada de actividades recreativas mucho mejor.
De esta manera, podemos ver que los beneficios de la Musicoterapia Autismo son:
El baile es el mejor ejemplo de una actividad recreativa en Musicoterapia Autismo. Y es que, al igual que consiguen las actividades de Musicoterapia en perdonas mayores, se coordinan los movimientos de la melodía siguiendo unos pasos. Además, si la letra les dice un patrón a seguir, lo más probable es que lo sigan y bailen al son de la canción.
Al recibir un estímulo externo de su agrado, el nivel de ansiedad y de conductas erráticas disminuye en un porcentaje considerable, pues se concentra en esa actividad.
La música es una forma de expresión verbal y no verbal, la cual puede manifestarse a través de la vocalización de canciones, melodías o tocando un instrumento.
Al integrar la música con toda clase de juegos el niño autista mejora su relación con su entorno, logrando relacionarse en otros medios. Esto le llevará a realizar otras actividades y tal vez probar cosas nuevas con las que se sienta bien y seguro.
Los cambios de conducta mejoran, reduciendo las crisis de agresividad, de movimientos erráticos y de rabietas pueriles, puesto que con la música consigue una terapia en la cual focalizar su atención.
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